El estudio, que será parte de un proyecto ANID Fondecyt Postdoc, busca ser la primera piedra en la creación de un controlador biológico de plagas de insectos en cultivos de quínoa.
Por Jean Pierre Molina M.
Un proyecto de carácter agronómico, desarrollado por las investigadoras Dra. Valeria Palma y la Dra. Marcia González, propone fomentar el uso de controladores biológicos de plagas y desuso de plaguicidas químicos, ya que estos últimos son altamente contaminantes para el medioambiente y animales (incluidos los humanos) y generan resistencia en las plagas.
Este control biológico, es a través de hongos endófitos, hongos que viven naturalmente dentro de las plantas y que les otorgan diversos beneficios, entre estos, le ayudan a defenderse de herbívoros, además de beneficiar su crecimiento y desarrollo. “Las plantas cuentan naturalmente con hongos dentro de ellas, se trata de una simbiosis, donde los dos organismos se conectan estrechamente entre sí. Y es del tipo mutualista ya que ambos individuos se benefician: las plantas sirven de refugio y proveen alimento al hongo, y éste les provee varios beneficios”, enfatiza la Dra. Valeria Palma
Las plantas en cultivos son mucho más susceptibles a plagas que las plantas silvestres, en gran parte producto del debilitamiento de la comunidad de hongos endófitos de las plantas, la cual se ve afectada por el uso de plaguicidas y por las formas en que se desarrollan las prácticas agropecuarias.
“Ciertas especies de hongos endófitos son habitualmente utilizadas como controladores de plagas en diversos cultivos, sin embargo, no toda asociación entre hongos y plantas es siempre efectiva y/o positiva. Muchas veces la asociación planta-hongo, y los beneficios de ésta, es especie-específica, por lo que idealmente es preferible trabajar con los hongos propios de la planta de interés, o de algún pariente cercano a ésta”, señala la Dra. Valeria Palma respecto al contexto de la investigación.
A partir de lo descrito, la investigación postula el mejoramiento de la resistencia al ataque por plagas de insectos en la quínoa (Chenopodium quinoa), utilizando hongos endófitos provenientes de un pariente cercano silvestre, que en este caso es la quinguilla (Chenopodium album), la que crece como maleza. “El proyecto busca sacar los hongos endófitos de la quinguilla y luego, los vamos a inocular, es decir, cultivarlos dentro de la quínoa, para que ellos le brinden los efectos positivos”, enfatiza la Dra. Valeria Palma.
El objetivo de la investigación es generar un estudio que sea la primera piedra en la creación de un controlador biológico de plagas en cultivos de quínoa, en este caso de insectos. En particular, esta investigación considerará el efecto de los hongos endófitos para mitigar el daño de la polilla de la quínoa, llamada Eurysacca media, una de las mayores plagas de este cultivo milenario.
El proyecto tiene una gran importancia ecológica, en palabras de la Dra. Valeria Palma: “En el momento en que se deja de utilizar plaguicidas químicos, se ayuda al medio ambiente, al calentamiento global, a las personas que se alimentan de este producto, ya que tienen menos cantidad de toxinas. Además, a los animales que son polinizadores y se alimentan de las flores de las plantas y que se ven afectados por los plaguicidas”. Cabe destacar que el impacto económico es importante, ya que los plaguicidas son más costosos que utilizar un hongo que está dentro de una planta. Además, al tratarse de especies de hongos que han co-evolucionado con la quinguilla, debiese proveer diversos efectos positivos sobre las plantas, entre estos promover su crecimiento.
El estudio contará con el apoyo del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), y considera muestras obtenidas en Santiago, Litueche y Temuco.