La investigación pretende obtener información de los efectos de los contaminantes tanto a nivel de desequilibrios individuales como a nivel poblacional y avanzar en el desarrollo de estrategias integrales de protección y conservación de especies zonas costeras del continente Antártico.

Comparar las variaciones individuales y poblacionales de peces bentónicos-costeros (Harpagifer antarcticus, Nothotenia rossi y Nothotenia coriiceps), y relacionarlo con su carga parasitaria en dos zonas con distinta intensidad de impactos humanos: Bahía South y Bahía Fildes de la Isla Rey Jorge en la Península Antártica, fue el objetivo del proyecto “Detección temprana de los efectos antrópicos en especies marinas centinelas de la Península Antártica” (FONDECYT N°3190455), a cargo de la Investigadora Postdoctoral, Dra. Lisette Zenteno junto con su Investigador Patrocinante, Dr. Iván Hinojosa, ambos pertenecientes al Centro de Investigación en Biodiversidad y Ambientes Sustentables (CIBAS) y Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción. Además, cabe destacar que se encuentra participando de la investigación, la postgraduando del programa de Magíster en Ecología Marina, Fernanda Vargas e investigadores de la Universidad Mayor, Universidad Austral de Chile, Instituto de Fomento Pesquero y la Universidad de Barcelona.  

El proyecto que fue iniciado en marzo del año 2019 y que se extenderá hasta el mismo mes del año 2022, es pionero en su tipo al ser liderado por una mujer que le interesa mantener la paridad de géneros en los equipos y por incentivar el uso de métodos no letales en especies endémicas antárticas. Mediante la ejecución del mismo, se busca específicamente el detectar cambios poblacionales e individuales debido a efectos de contaminantes en los peces costeros, lo que involucra la utilización de diferentes biomarcadores, tales como metales pesados, análisis de parámetros hematológicos e histopatológicos, determinación de edad y crecimiento en otolitos; cuantificación de la prevalencia y abundancia de parásitos, y variabilidad trófica y espacial utilizando la señal isotópica del músculo y microquímica en los otolitos. Lo anterior realizará durante el verano austral 2020 y 2021 en la Bahía Fildes de Isla Rey Jorge y Bahía South de Isla Doumer, ambas pertenecientes a la Peninsula Antártica.

Para la selección de sitios de muestreo, se hizo un estudio de los registros de contaminantes por efecto de las actividades humanas en zonas costeras marinas de la Penisula Antártica. Posteriormente, en función de la disponibilidad de apoyo logístico por parte del Instituto Antártico Chileno (INACH), se seleccionaron las regiones de Bahía Fildes, una de las zonas costeras antárticas con mayor registro de contaminación marina, y Bahía South con baja influencia de actividades humanas y pocos registros de contaminantes. Al respecto, para la Dra. Zenteno, «si bien los ecosistemas antárticos se encuentran protegidos por diferentes estrategias gracias al Protocolo Ambiental del Tratado Antártico, recientes estudios apuntan a una evidencia de focos de contaminación antropogénicos que podrían estar influenciando significativamente los peces que habitan en las zonas costeras. Dicha influencia ha sido estudiada sólo parcialmente debido al desafío de mantener monitoreos a largo plazo en estas zonas remotas. Por lo tanto, para seguir avanzando en el desarrollo de estrategias, es relevante para la investigación el crear una línea de información inicial de los estados de salud de los peces costeros antárticos, y así obtener puntos de referencia en función de gradientes de concentración de contaminantes y el incremento de actividades humanas, en un actual contexto de bajas acciones de mitigación y remediación».

Extensiones del estudio y medidas de mitigación

Finalmente, en relación a las proyecciones de la investigación, la Dra. Zenteno explica que «una vez que tengamos los primeros resultados, evaluaremos si es posible ampliar las zonas de muestreo a lo largo de un gradiente de concentración de contaminantes con el objetivo de comparar también la efectividad de las medidas de mitigacion y remediación que actualmente utilizan las bases científicas, logísticas y militares en el continente Antártico. Para sostener estas medidas es necesario seguir avanzando en el desarrollo de las voluntades políticas de los países que suscribieron el tratado antártico, ya que los conflictos de interés entre conservación de la naturaleza y  las necesidades humanas de materiales y energía se están agudizando, principalmente en las zonas costeras antárticas».