Se trata de Dalila Briones, quien durante las últimas 3 semanas trabajó en el Laboratorio de Ciencias Ambientales (www.labensci.com) a cargo del académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), Dr. Sergio Contreras, analizando muestras de un núcleo de sedimentos colectado en un lago de la Patagonia Norte.

Un nuevo paso hacia la vinculación se realizó en la Facultad de Ciencias de la UCSC, a través de un trabajo colaborativo junto a Dalila Briones,  estudiante del Magíster en Ciencias Biológicas de la Universidad de Chile. El inicio de esta alianza se originó en un workshop organizado por el Dr. Sergio Contreras junto con otros colegas de Estados Unidos en la Universidad de Pittsburgh el año 2019 y en el cual se invitó el tutor de Dalila Briones, el Dr. Patricio Moreno como experto en paleoecología y director del Núcleo Milenio Paleoclima.

En concreto, la pasantía consistió  en el análisis preliminar de muestras de sedimento lacustre con el objeto de extraer, separar, identificar y cuantificar ceras de hojas sedimentarias. Dalila Briones se encuentra estudiando paleoecología, específicamente la paleovegetación, durante un periodo geológico del Cuaternario. “En mi tesis de pregrado me enfoqué en los últimos 2 mil años, viendo cambios en la distribución, composición y estructura de la vegetación frente a condiciones climáticas, principalmente en precipitación y temperatura de eventos de perturbación natural como el fuego o erupciones volcánicas en el área de Patagonia Norte”, señaló la estudiante del Magíster en Ciencias Biológicas de la Universidad de Chile respecto al origen de su estudio.

A través de análisis de polen en sedimentos lacustres, la tesis de Magíster de Dalila Briones se enfoca en los períodos del Último Máximo Glacial y Última Terminación Glacial. “En estos períodos ocurren importantes cambios climáticos naturales. Queremos reconstruir el clima a través de sensores que abarcan la vegetación, el fuego o las erupciones volcánicas. La idea es que sea lo más complementario posible con otros proxies. Espero que las ceras de hojas me den mayor información sobre cambios específicos en escalas temporales y espaciales”, explicó Dalila Briones sobre el trabajo que realiza en el laboratorio junto al Dr. Sergio Contreras.

Respecto a la importancia de la temática, la relevancia de este tipo de estudios radica en conocer el cambio del clima de forma natural. “La diferencia que hemos visto, gracias a este tipo de trabajos paleoambientales, es la velocidad con la que se está dando el cambio climático. Por ejemplo, en la Última Terminación Glacial ocurre uno de los cambios climáticos naturales de mayor rapidez y magnitud. Desde condiciones extremas glaciales se pasó a condiciones extremas interglaciales y en un periodo de mil años, se recuperó casi el 80% de la temperatura”, complementó Dalila Briones, enfatizando que lo ocurrido anteriormente no se compara al actual cambio climático.

La idea es poder comprender cómo ha cambiado el clima y diferenciar el cambio natural con el cambio que se está viviendo hoy en día. Al respecto, Dalila Briones complementa que “conocer esas diferencias nos da una pauta para identificar cómo está repercutiendo ese cambio climático sobre, por ejemplo, la vegetación. Queremos conocer cómo la vegetación ha cambiado naturalmente frente a variaciones de los regímenes de precipitación o temperatura. Conocer la actual distribución de la vegetación da un indicio de todos los procesos que ha tenido que pasar”.

Este estudio se trata de un primer acercamiento, donde se planea regresar en marzo de 2022 con más muestras y retomar lo análisis con la experiencia aprendida.

Finalmente, Dalila Briones valoró la posibilidad de este trabajo colaborativo entre ambas casas de estudios enfatizando que “enfocar la ciencia desde un punto de vista inter y multidisciplinario es importante ya que se tienen distintas perspectivas acerca de un fenómeno que se está estudiando. Hoy en día se está apuntando a esto para combatir todas las problemáticas relacionadas con las ciencias ambientales. Esta pasantía es un buen ejemplo de cómo se deberían unir esfuerzos entre distintas instituciones e investigadores con diferentes formaciones.  Ha sido enriquecedor aprender técnicas de laboratorio y conocer a otros investigadores y estudiantes de pre y postgrado”.