En ecosistemas de latitudes altas de un fiordo del extremo sur de Chile, se realizó el estudio liderado por Paula Ruiz, Magíster en Ecología Marina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), en conjunto con el Dr. Sergio Contreras y el Dr. Ángel Urzúa, ambos académicos de la Facultad de Ciencias UCSC e investigadores del Centro de Investigación en Biodiversidad y Ambientes Sustentables (CIBAS), además de investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y el Instituto Antártico Chileno (INACH). El estudio se realizó en el fiordo Yendegaia, ubicado cerca de Tierra del Fuego, lugar en el que se obtuvieron muestras de tres especies marinas, róbalo patagónico (Eleginops maclovinus), estrella de mar bentónica (Ctenodiscus australis) y el langostino de los canales (Munida gregaria); para su análisis en base a ácidos grasos como biomarcadores de redes tróficas.

Para la autora principal del estudio, la investigadora del CIBAS y Facultad de Ciencias de la UCSC, Mg. Paula Ruíz, “a partir de una acuciosa búsqueda bibliográfica, se encontró que, relacionando el contenido de ácidos grasos en

tejidos de organismos, se podía conocer la calidad alimenticia de organismos tales como bacterias, carnívoros, fitoplancton, zooplancton, copépodos, y ver la relación entre ellos. En algunas especies, la única forma de obtener ácidos grasos específicos, es a partir de otras especies que se encuentran dentro de su dieta, lo que permite conocer la red trófica de un lugar relativamente prístino como el fiordo Yendegaia. Para realizar este tipo de estudio, fue fundamental la adquisición de una columna específica para la separación de ácidos grasos de 100 m de

longitud con financiamiento del CIBAS, que permitió analizar mayor cantidad de ácidos grados que los que normalmente se pueden encontrar con una columna tradicional. En base a la conexión entre distintos organismos, se encontró que los individuos que más se relacionaban entre sí, de las tres especies muestreadas, fueron el róbalo (E. maclovinus) y el langostino (M. gregaria) (este último encontrado en gran cantidad en los canales de los fiordos, y especie clave, ya que sustenta las redes tróficas de los fiordos patagónicos). A partir de los resultados obtenidos concluimos que, el langostino era presa del robalo y que ambos nichos se relacionan entre sí. Los resultados de la publicación permiten comenzar a indagar en la trofodinámica de las tramas tróficas de este lugar remoto y valorado ambientalmente como es la Patagonia chilena”.

En cuanto a la razón de porqué realizar el estudio en dicha localidad, la también ingeniera biológica, Paula Ruiz, explica que “ecosistemas de altas latitudes como los fiordos se encuentran en pocos lugares en el mundo y son de alta importancia ambiental y social, ya que la mayoría de los organismos que viven en los fiordos son endémicos. Además, sus sistemas de canales poseen algunos lugares de difícil acceso y se encuentran prístinos, por lo que permite investigar organismos presentes en estas zonas con muy reducido impacto del hombre. Es importante conocer estos lugares, ya que, actividades como la acuicultura traen consigo salmónidos y otras especies invasoras, que alteran significativamente los ecosistemas al no tener depredadores, por lo que es importante conocer la trofodinámica en los fiordos, ya que poseen redes tróficas cortas pero muy ramificadas”.

 

Determinación de ácidos grasos versus análisis de contenido estomacal

Es importante destacar que los análisis de los ácidos grasos se basan en la realización de distintas pruebas bioquímicas que permiten comparar lo que las muestras tienen acumulado en sus tejidos con respecto a los perfiles de distintas especies consideradas como presa. Este tipo de análisis es una alternativa a otro tipo de técnicas más tradicionales, como el análisis de contenido estomacal, que entregan información puntual de lo que la especie consumió en un momento y lugar determinado. En el caso de los ácidos grasos, son compuestos orgánicos asimilados por el organismo, por lo que es posible identificar su origen en sus presas con información integrada (no solo de su actual alimentación, sino también de lo ingerido comúnmente en el tiempo).

Consultada acerca de las proyecciones del estudio a futuro, “esta investigación formalizó una colaboración científica internacional (Chile-Alemania-Reino Unido) entre académicos de nuestra Facultad de Ciencias-UCSC, el Alfred Wegener Institut-AWI y el British Antartic Survey-BAS, quienes planean replicar este trabajo en otros sitios de altas latitudes y polares, y compararlo con lo encontrado en este fiordo patagónico prístino”, finalizó la Mg. Ruiz.