El cambio climático ha influenciado notoriamente el derretimiento de grandes masas de hielo, tales como los glaciares de la Península Antártica Occidental. La pérdida de estos cuerpos de hielo ha producido diversas alteraciones sobre el hábitat y la biología de algunas especies bentónicas marinas.

El estudio sobre los efectos del calentamiento regional en la Península Antártica Occidental, realizado por Miguel Ángel Bascur, egresado de Magister en Ecología Marina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), evaluó cómo este fenómeno afecta la condición nutricional de las especies marinas en diferentes escalas espaciales.

Los glaciares son gruesas masas de hielo las cuales tienen una base en tierra pero se extienden hasta el océano y es posible observarlos sobre la superficie del mar. Debido al cambio climático, estos cuerpos de hielo han sufrido un constante retroceso (pérdida de masa) y derretimiento tanto superficial como subacuático. Como consecuencia, se han generado nuevos espacios en el fondo marino que posiblemente las especies del ecosistema puedan colonizar. Sin embargo, según lo estudiado, las condiciones allí existentes no serían las óptimas para su desarrollo.

Para concluir lo anterior, Bascur recolectó y analizó dos especies de bivalvos que habitan el océano oeste de la Península Antártica: Nuculana inaequisculpta y Aequiyoldia eghtsii. Ambos moluscos fueron recolectados en dos escalas espaciales diferentes.

“En cuanto a la especie N. inaequisculpta, ésta fue analizada en un pequeño fiordo ubicado en la Isla Rey Jorge en 4 sitios a diferentes distancias de un glaciar en actual proceso de retroceso y derretimiento. Por otra parte, la especie A. eghtsii fue analizada en 3 poblaciones diferentes ubicadas a lo largo de la Península Antártica, específicamente en las bases O’Higgins (zona norte), Yelcho (zona centro) y Rothera (zona sur). El muestreo de la primera especie fue realizado por investigadores y tripulantes a bordo del buque RRS James Clark Ross, mientras que el muestreo de la segunda especie fue realizado por buzos científicos de cada una de las bases científicas”, afirma el ecólogo marino.

Estás dos especies de bivalvos son extremadamente relevantes para la ecología del ecosistema antártico, debido a su activa capacidad para reciclar nutrientes. Éstas se alimentan principalmente de los depósitos orgánicos que existen en el sedimento del fondo marino y luego, a través de sus heces y material orgánico no digerido, mantienen un constante retorno de nutrientes dentro de la cadena trófica.

Estos resultados fueron obtenidos a través del análisis de la composición bioquímica de los individuos recolectados. Los individuos de la especie N. inaequisculpta poseen una mayor cantidad de lípidos, proteínas y energía en el sitio más lejano del glaciar. Este hallazgo indica que los individuos de esta especie que habitan en las lejanías del glaciar presentan una mayor condición nutricional que sus pares que habitan en las cercanías de la masa de hielo.

En tanto, para A. eightsii, las principales diferencias se obtuvieron en torno a la población recolectada en el norte, quienes mantenían una mayor cantidad de lípidos, proteínas, ácidos grasos y energía que la poblaciones del centro y sur de la Península Antártica Occidental.

En base a lo anterior, las diferencias encontradas en la condición nutricional de las especies analizadas en distintas escalas espaciales tendrían dos posibles explicaciones, las cuales están relacionadas con variaciones biológicas/oceanográficas contrastantes en la Península Antártica Occidental: diferencias en el tipo/calidad de alimentos consumidos por los individuos y posibles diferencias en las estrategias reproductivas de estas especies. En otras palabras, la perdida de hielo y las variaciones oceanográficas producidas por el cambio climático en la Antártica, estarían reduciendo la condición nutricional de estas especies, afectando potencialmente el reclutamiento y estabilidad de sus poblaciones. Subsecuentemente, dado el importante rol de estas especies, también podría existir un efecto sobre el funcionamiento del ecosistema.

Este gran trabajo realizado por Bascur, para optar al grado de Magister, tuvo el apoyo de los Doctores Ángel Urzúa (director de tesis) y Antonio Brante (Co-director) de la Facultad de Ciencias UCSC, y se encuentra enmarcado en el proyecto de colaboración internacional ICEBERGS entre Chile-Inglaterra.