Por Jean Pierre Molina
Con el objetivo de actualizar la información sobre cuáles y qué cantidad de especies de peces introducidas en distintos sistemas lacustres de la cuenca del Biobío, la doctora Catterina Sobenes del Centro de Investigación en Biodiversidad y Ambientes Sustentables (CIBAS) de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) desarrolla la investigación titulada “Especies invasoras ícticas en sistemas lacustres de la cuenca del Biobío”. Se ha tomado como modelos de estudio los casos de: laguna de Galletué, y las lagunas Chica y Grande de San Pedro de la Paz.
Existen diversos motivos por los cuales hay especies introducidas en estos ecosistemas. Uno de ellos es el acuarismo, donde las personas una vez que no desean mantenerlos más, por no querer eliminar a los peces que son de agua dulce, los llevan a las lagunas. En palabras de la doctora Sobenes, “hay antecedentes sobre las especies introducidas en el país, que están descritas en la literatura; sin embargo, muchas de ellas son identificadas taxonómicamente, por lo tanto, queremos confirmar estas especies mediante ADN”, sostuvo la docente de la Facultad de Ingeniería de la UCSC. De este modo, se quiere identificar si hay más especies que no han sido descritas.
En los tres casos, se quiere estudiar la relevancia a nivel trófico dentro del ecosistema y conocer en términos temporales cómo es su abundancia y los periodos de reproducción, para así conocer a las especies invasoras. “Con ese conocimiento a futuro, se podría establecer un manejo sobre las especies que son invasoras en nuestro país”, afirmó la profesional.
En concreto, en la laguna de Galletué se están centrando en salmonídeos, ya que existen evidencias sobre la presencia de dos especies: trucha arcoíris y trucha café. Esto se da porque las especies prefieren aguas limpias, con poca materia orgánica y alta oxigenación. “Se mantiene una población bastante abundante, que soporta la actividad de pesca recreativa. Pero, su alta abundancia puede generar efectos destructivos en los ecosistemas naturales que son muy frágiles en la cuenca del Biobío”, enfatiza la Dra. Sobenes. Algunos de estos efectos se traducen en el desbalance de las tramas tróficas que existen en los ecosistemas de manera natural. Los salmones y las truchas son depredadores carnívoros, de altas tasas metabólicas, por lo que requieren de altas tasas de alimentación y por esto, provocan un desbalance en las abundancias de las demás especies nativas que mantienen a los ecosistemas funcionando.
La alta abundancia de estas especies sorprende y preocupa a los expertos. “No hemos encontrado peces nativos en nuestras exploraciones. Sabemos que los salmonídeos alteran a los ecosistemas provocando disminución de especies de peces nativos y macroinvertebrados, cambiando el equilibrio natural. Además, como es una especie introducida y protegida por la ley de pesca recreativa, existe poca visibilidad respecto a un manejo de extracción por la misma pesca, que sería ideal para mantener un equilibrio de las abundancias”, subraya la docente.
En la laguna Chica y en la laguna Grande de San Pedro, se está identificando algunos cíclidos como especies invasoras y otras especies muy utilizadas por el acuarismo, como el pez mosquito. “Hemos hecho algunos levantamientos de abundancia y son mucho mayores a las de especies nativas como el pez puye, que están presentes en ambas lagunas. Existiría una separación del uso de hábitat por las especies invasoras versus las nativas, que explicaría su coexistencia. Estamos en proceso de estudiarlo y clarificar”, mencionó la científica.
En el caso de ambas lagunas, son especies muy resistentes a la variabilidad de temperatura. Existen rangos de temperatura amplios y aún se encuentran presentes sin problemas para reproducirse y desarrollarse. En la laguna Chica, por ejemplo, se detectó un cambio en el comportamiento de ambas especies durante el día.
“Hemos visto que las especies nativas las encontramos en zonas de la orilla durante los periodos de baja temperatura del agua, que es durante la mañana. Cuando comienza a aumentar la temperatura, la presencia de especies cambia, los individuos de especies nativas se alejan de la orilla y aparecen los invasores. Hay una sucesión de poblaciones en el espacio”, finaliza la Dra. Catterina Sobenes.