La información es de: Revista Mundo Marítimo

Por Jean Pierre Molina

Alrededor del 90% del tránsito comercial vinculado a importaciones y exportaciones se desarrolla en el país por vía marítima, de ahí que reviste importancia tener un manejo del agua de lastre. Es por ello que la Subsecretaría de Pesca en conjunto con la Armada de Chile solicitaron la realización de la investigación “Estudio de evaluación de riesgo sobre la presencia de especies constitutivas de plagas hidrobiológicas en agua de lastre y sedimento en naves de transporte marítimo”, el que fue ejecutado por el Centro de Investigación en Biodiversidad y Ambientes Sustentables (CIBAS) de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC).

El proyecto de investigación desarrollado en el marco de FIPA 2016-25, Fondo de Investigación de Pesca y Acuicultura, ya fue concluido por el equipo investigador y se encuentra a la espera de la evaluación por parte del Consejo del FIPA para su posterior implementación. En ese contexto, MundoMarítimo conversó con el doctor en Ecología y biólogo marino Patricio Camus, quien lideró la investigación en su calidad de miembro del Comité del directorio del CIBAS y jefe del Departamento de Ecología de la Facultad de Ciencias de la UCSC.

“En este momento no estamos en un gran riesgo, pero el tráfico naviero crece sin parar. Los puertos van tener que seguirse ampliando, ya que el 90% del comercio se realiza a través de barcos en Chile y eso va seguir aumentando. Basta que ingrese una especie invasora para que se traslade a otros lados del país en naves, por lo que es súper importante incrementar este sistema de control”, enfatizó el experto.

A su vez la importancia de estudio radica en sentar las bases para que Chile pueda ratificar su participación en el GloBallast,convenio que regula el manejo de las aguas de lastre y es impulsado por la Organización Marítima Internacional, (OMI).

“En dicho tratado se compromete el desarrollo de mecanismos de gestión y de monitoreo para impedir el ingreso de especies peligrosas a través del agua lastre. Sino estamos suscrito como país, significa que muchos barcos podrían moverse por nuestro mar teniendo menos control y menos cuidado. Por lo que una vez que el sistema de gestión de agua de lastre se implemente y el convenio internacional sea ratificado Chile va tener más fuerza”, indicó Camus.

Lugares de origen

El estudio plantea una serie de interrogantes ¿de dónde provienen las especies invasoras? ¿Qué puertos podrían estar más propensos a ser invadidos? ¿Cómo influyen las actividades comerciales de los terminales?

“Para analizar los riesgos se debe tener una visión global, ya que los más fuertes están más cercanos de lo que se cree. Las fiscalizaciones no se pueden orientar solo a naves extranjeras, hay que cambiar la práctica. (…) Quizás podría pensarse que los principales riesgos están en Japón y en las aguas tropicales y resulta que una fracción muy alta proviene de nuestros vecinos, a través del tráfico que llega principalmente de Perú. También en el caso de la región de Los Lagos es muy importante el tráfico nacional, por sobre el internacional”, sostuvo el especialista.

Asimismo, el doctor en Ecología señaló que la envergadura de un puerto no lo hace necesariamente más propenso a la llegada de organismos invasores y por ende se requiere aplicar un modelo de riesgos que se adapte a la realidad de cada uno de los terminales, teniendo en cuenta que poseen actividades económicas distintas y costas con condiciones biológicas diversas.

“Elegimos Valparaíso pensando que era un puerto internacional y muy grande y que podía tener un alto nivel de riesgo, al traer agua de muchas partes del mundo y resulta que no. En cambio detectamos que Calbuco, que es un puerto pequeño presenta riesgos mayores, debido a que tiene un alto tráfico de barcos grandes que transportan mucha agua”, recalcó el integrante del comité directivo del CIBAS – UCSC.

De igual forma influye si un puerto se enfoca más en las importaciones o en las exportaciones. “En estos últimos se detecta que los buques traen grandes volúmenes de agua de lastre, decenas de miles de toneladas métricas y eso es una enorme cantidad de agua, que trae muchas especies microscópicas que pueden crecer y transformarse en organismos grandes”, afirmó.

Medidas a considerar

A partir del estudio desarrollado, Patricio Camus junto a su equipo investigador detectaron una serie de situaciones a resolver y que se deben tomar antes de aplicar el Plan Nacional de Gestión de Agua de Lastre.

Entre ellas destacan el verificar que el barco haya hecho un manejo del agua y el tipo de control aplicado en el sistema de tratamiento para reducir el riesgo biológico; considerar la similitud ambiental del puerto con la ubicación geográfica en que se carga el agua, teniendo en cuenta que no necesariamente corresponde al mismo lugar de zarpe del barco; resolver los problemas de coordinación y entrega de información por parte de las naves para la toma de muestreos; aumentar el número de laboratorios disponibles para el análisis de muestras, ya que están centralizados en Santiago (lejos de los puertos), además que existen muy pocos con análisis certificados y especializados en agua de mar.

Además recomiendan que una entidad pública, con capacidades multisectoriales se haga cargo de la implementación del Plan Nacional de Gestión de Agua de Lastre, a fin de que sea capaz de coordinar las tareas que deberá desarrollar tanto la Armada de Chile como todas las reparticiones del Estado que se involucren.