Científico penquista busca consolidar la idea de que las lagunas registran variables ambientales y climáticas.

Fuente: Diario La Estrella de Concepción

Caminando entre humedales o senderos pedregosos, el biólogo marino y doctor en Oceanografía, Sergio Contreras, se ha adentrado en alrededor de 40 lagos de Chile para estudiar los sedimentos que se acumulan en sus fondos. Cuenta que para acceder a algunos cuerpos lacustres, ha debido caminar más de cuatro horas con un bote sobre la espalda e incluso ha debido abrirse paso a punta de machete para llegar a áreas inexploradas.

Con esta mezcla de estudio y aventura, el profesor de la Universidad Católica de la Santísima Concepción busca recopilar la información ambiental que se encuentra retenida en las áreas más profundas de los lagos. A través de las muestras que consigue en sus viajes, explica que “queremos consolidar la idea de que los lagos registran variables ambientales y climáticas”.

De esta forma, añade Contreras, se puede conocer la historia de un lugar a partir de los datos que se encuentran en los sedimentos. Así, por ejemplo, se pueden hallar vestigios de un incendio a partir de restos de carbón que han sido arrastrados hacia el fondo.

-¿Cuál ha sido la travesía más compleja que ha hecho para llegar a los lagos que estudia?

“La primera campaña que hicimos fue en Laguna Verde, en el Parque Nacional Tolhuaca. En ese entonces me puse sobre la espalda un bote para cuatro personas y tuve que caminar entre cuatro a cinco horas. Llegué muy cansado, pero así no le cargaba la mata a nuestro técnico o a los estudiantes que nos acompañaban. Así, finalmente, logramos llegar al lugar que está a más de mil 400 metros de altura”.

“Después compré un kayak para dos personas que pesa unos 15 kilos con los remos y eso nos hizo más rápido. La segunda vez que fuimos tardamos sólo dos horas”.

-¿Cómo es la preparación tras estos viajes?

“Es como una verdadera aventura. Hay que prepararse, revisar las locaciones en el teléfono, buscar en Google Earth la ubicación del lago, encontrar algún sendero ya que muchos de ellos no cuentan con ningún acceso y son olvidados, incluso, por los lugareños. Poco a poco nos fuimos equipando, comprando ganchos, huinchas, etcétera. Hemos ido mejorando a puro pulso”.

-¿En qué consiste el trabajo que hacen en cada lago?

“Nos metemos al lago y con una especie de draga, que es como Pac-Man, sacamos una muestra superficial del sedimento que hay en el fondo. Se trata del primer centímetro, pero ojalá de la parte de mayor profundidad. Asumimos que ahí es donde se acumula mayor cantidad del material”.

-¿De qué está compuesta esa muestra?

“Podemos encontrar tierra, material que está alrededor del lago que se va acumulando en el fondo, así como también material que se genera en el agua como fitoplacton o material vegetal que vive allí y que, al morir, cae. También podemos encontrar material que es transportado a través del viento, o que se deposita en la nieve que, al derretirse, entra hacia el fondo del lago”.

-¿Qué le permite conocer la investigación que están desarrollando?

“Registrar una variabilidad climática utilizando el material que se acumula en los fondos. Todos tienen una sedimentación distinta. Por lo tanto, lo que estamos haciendo, es conocer su historia a través de las muestras. Asumimos que, al sacar su sedimento superficial, estamos obteniendo información ambiental. En él, se integran procesos de deshielo, transporte atmosférico o la productividad del lago, entre otros”.