En la última Conferencia del Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP21) tuvimos importantes noticias en materia ambiental. Sin embargo, el cambio climático es solo una de las aristas que debemos enfrentar para logar un desarrollo sustentable al que todos aspiramos. La región del Biobío, y en particular nuestro borde costero, no esta ajeno a este complejo escenario, y es necesario ir definiendo políticas y acciones a corto y largo plazo.

Como región pesquera, la constante reducción de los recursos marinos impacta de forma directa el empleo a escala artesanal como industrial, lo que requiere con urgencia implementar planes de conversión. El mundo del hombre de mar es complejo, arraigado profundamente en sus raíces y costumbres. En este contexto, se debe pensar en soluciones mirando hacia el mar, a través del impulso de la organización y gobernanza local que permita a los pescadores desarrollar actividades productivas y turísticas sustentables en sus áreas costeras concesionadas. Junto con esto, se deben implementar medidas de manejo del recurso, con acciones de repoblamiento y restauración, así como desarrollar la acuicultura sustentable a pequeña escala.

Un segundo desafío tiene que ver con el cómo compatibilizamos los grandes proyectos industriales o de infraestructura que la región ha definido como prioritarios, con el desarrollo o lineamientos que han fijado los municipios o localidades. En este contexto, estudios ambientales serios basados en principios técnicos y científicos de excelencia, en conjunto con una relación transparente y de confianza entre empresa y ciudadanía, desde el inicio de los proyectos, son de vital importancia para evitar batalles legales y conflictos sociales en torno a cuestiones ambientales.

El pueblo Lafkenche esta en el ADN de nuestra riqueza histórica, social y cultural, y el desarrollo sustentable pasa necesariamente por reconocer y dar cabida a esa riqueza. La implementación de la ley lafkenche conllevará un esfuerzo significativo de comunicación y consenso entre todas las partes actuantes: políticos, técnicos y sociales.

El aporte que pueden hacer las universidades regionales mediante sus capacidades profesionales y técnicas, y la investigación que realizan sus académicos es trascendental para avanzar hacia el desarrollo sustentable del borde costero en la región del Biobío. Es un imperativo que nuestras universidades puedan tener cabida activa en las distintas discusiones y tener una opinión frente a las diferentes problemáticas ambientales.